La dignidad de las personas, en todas sus dimensiones.
La justicia social, como único modo de lograr el bienestar para las personas.
El respeto y la acogida a la diversidad.
La participación, imprescindible para transformar y humanizar la realidad y promover procesos de empoderamiento.
La solidaridad, como valor que permite el cuidado mutuo, el compañerismo y el trabajar hombro con hombro.
La cooperación y corresponsabilidad entre personas y organizaciones.
La equidad para construir oportunidades y compartir responsabilidades entre mujeres y hombres con el fin de alcanzar una sociedad más igualitaria.
El trabajo en red con organizaciones y personas comprometidas y organizadas.
Responsabilidad con la gestión de lo público, a través de la transparencia.
La cercanía a las personas, en el trabajo desde lo local.
La sostenibilidad, impulsando una forma de vida más responsable y en equilibrio con la naturaleza.