TESTIMONIO DE MARKEL PÉREZ
¿Cuál ha sido tu motivación personal para participar en la beca de cooperación del ayuntamiento de Eibar?
Uno no tiene que pararse a pensar mucho para darse cuenta de que hay algo que no cuadra. El haber nacido en un lugar “rico en posibilidades” no ha sido más que fruto del azar, y aun así, las oportunidades que se te presentan son tremendamente superiores a personas de otro lugar del mundo. Y me pregunto por qué, cuál es la razón.
La gran desigualdad que existe en la sociedad es lo que me inquieta, una sociedad en la que mientras unos luchan por sobrevivir día a día, los otros se rodean de caprichos y más caprichos, innecesarios en su mayoría.
A raíz de ello, hace un tiempo que me puse a la búsqueda de algún proyecto en el que pudiese aportar algo. De esta forma, cuando supe de las becas de cooperación que el ayuntamiento de Eibar proporcionaba, contacté con Egoiaizia presentando mi intención, mi idea de viajar a un lugar en el que pudiese trabajar con un fin solidario y sumergirme en otra cultura. Así, me informaron de que iba a iniciarse un proyecto que giraba en torno a la sanidad (Gestión articulada y concertada para la implementación de políticas públicas de atención a niñas y niños de 0 a 5 años, en el distrito de Buenos Aires, Provincia de Morropón, Región Piura, Perú) que se adaptaba muy bien a mi persona. Con todo, a la vez de adentrarme en una vía de voluntariado y cooperación internacional para el desarrollo, tendré la gran suerte de adquirir conocimientos y experiencia de cara a mis estudios en el ámbito sanitario.
Escucho por la calle testimonios de personas que han tenido una vivencia del estilo y su gran satisfacción por ayudar a la gente que lo necesita. No obstante si algo tengo claro es que a quien más le ayuda el poder cooperar con gente necesitada, es a uno mismo, ya que una experiencia así te hace crecer, sin duda.
Por tanto, la obtención de esta beca ha sido un paso más en mis ganas de sentirme útil y poder contribuir en la medida de mis posibilidades en el camino hacia la igualdad entre las personas de todo el mundo.
UN VIAJE CON PUNTO Y SEGUIDO
Y sin darme cuenta, ya estoy de vuelta. Hace aproximadamente un año que supe de la existencia de “Elkartasun Bekak” para la cooperación que el Ayuntamiento de Eibar proporciona cada año, y gracias a un proyecto que Aldatzen y Egoaizia me presentaron, ONGs que Eibarresas que trabajan para la cooperación y el desarrollo, conseguí esa beca que me ayudaría a dar este paso en mi vida, una vivencia enormemente enriquecedora dentro de un contexto diferente al que siempre he vivido. El proyecto financiado por la diputación de Gipuzkoa lo llevaría a cabo el CIPCA (Centro de Investigación y Promoción del Campesinado) en Piura, una ONG que tiene sus inicios en 1972, que en base a los aprendizajes y lecturas de los nuevos procesos en la región, privilegia entre sus prioridades institucionales desarrollar capacidades de los actores y acompañar procesos de descentralización, fortaleciendo la participación de la sociedad civil, la promoción de políticas públicas al nivel local y regional, el desarrollo territorial rural y el acompañamiento de experiencias “innovadoras” y asociativas desde la pequeña agricultura.
La idea de realizar este viaje viene de lejos. Siempre me he considerado una persona a la que le gusta plantearse las cosas y no dejar cuestiones en el aire. Como no podía ser de otra manera, eso de vivir en un lugar donde “no falta de nada” y ver que hay países en los que el hecho de sobrevivir día a día ya es un logro, no me entraba en la cabeza.
Y en base a ello me sumergí en este proyecto denominado “Gestión articulada y concertada para la implementación de políticas públicas de atención a niñas y niños de 0 a 5 años, en el distrito de Buenos Aires, Provincia de Morropón, Región Piura, Perú”. Este proyecto lleva a cabo una inversión centrada en aspectos relacionados con la salud y la educación de los más pequeños, pero que ofrece aspectos marcadamente positivos para el bienestar de la comunidad.
“La clave del desarrollo está en poner a nuestros niños en el marco del futuro”.
La verdad es que las expectativas que tenía en este viaje se han cumplido satisfactoriamente. El tiempo se me ha pasado “volando”, parecía ayer cuando estaba aterrizando en el pequeño aeropuerto de Piura. Cada vez que me pregunto qué es lo que me ha dado tiempo a hacer en dos meses allí, empiezan a venirme actividades y actividades a la cabeza, no sé por dónde empezar. Ciertamente, la buena acogida y la rápida integración que tuve entre la gente en un lugar de contrastes y tan diferente a mi lugar de origen hicieron que todo fuese más rápido. Como pude observar desde un primer momento, me dejó fascinado cómo trabaja esta ONG, el orden que mantiene dentro de un desorden flotante y generalizado en el país; la burocracia que se persigue rodeado de informalidad por todas las esquinas.
A nivel personal puedo decir que en cada oportunidad que se me ha presentado, ahí me he lanzado. Si bien el proyecto en el que iba a trabajar se centraba en la atención a la primera infancia, donde hemos realizado campañas de sensibilización, medición de índices de desnutrición, etc. también he tenido la oportunidad de vivir situaciones que nunca antes había vivido, como ejercer de médico ante alumnos de secundaria. Algo que, sin duda, al mismo tiempo que atender preocupaciones de la gente, me ha hecho ganar experiencia y ponerme a prueba. Esto es algo que se me ha quedado bien grabado y permanecerá para siempre. Aun siendo estudiantes ya he podido dar ese paso de enfrentarme solo ante situaciones de este tipo que sin lugar a dudas, han sido realmente positivas.
Además, también he trabajado en una escuela de futbol, donde he pasado grandes momentos entrenando a chicos y chicas que quizás tomaban el futbol como una forma de escapar de una vida difícil. Mi gusto por el futbol me ha hecho dar todo lo que a mí me ha enseñado, y he podido apreciar claramente cómo ellos/as ven en nosotros una novedad, una motivación para aprender de otra gente que está dispuesta a vaciarse con ellos. Y no solo de fútbol, sino que he tenido la ocasión de compartir y ver la vida que lleva allí la gente. Además, para completar esto, he tenido la ocasión de impartir con un compañero varias sesiones de introducción teórico-prácticas al entrenamiento de fútbol base. Primero realizábamos una introducción hablando de la importancia del deporte, a lo que le añadíamos el papel del entrenador, del árbitro, reglas de juego básicas y algunas más específicas. Incluso he añadido un apartado de medicina deportiva para tratar las lesiones y sus recuperaciones, alimentación e hidratación, etc. Para finalizar, unas pautas y/o ejemplos para que puedan tener en cuenta al a hora de ejercer. Después, realizábamos una sesión de entrenamiento con un grupo de jóvenes para poder poner en práctica todo aquello de lo que habíamos hablado.
Por otro lado y para finalizar, debo decir que siempre he tenido claro que la gente se equivoca al afirmar que los cooperantes van a enseñar allá donde viajan cómo se han de hacer las cosas en su propio país para que puedan imitar esa forma porque así es el modo correcto de realizarlas. Nada más lejos de la realidad, la labor de un cooperante no es la de enseñar, sino la de compartir, acompañar e intercambiar puntos de vista y aprendizajes de forma recíproca..
Con todo, estas líneas no son suficientes para expresar todas las sensaciones que se viven al realizar un viaje de este tipo. La diferencia en el día a día de los diferentes países crea en la propia persona una cascada de sentimientos que hacen replantearte cosas y equilibrar la balanza personal de las cosas importantes-no tan importantes de verdad. Lo único que sé es que aunque esta experiencia ha durado dos meses, “mi viaje” no ha hecho más que empezar.